“¡Cómo sueño a veces con un mundo todo en armonía; cada tendencia basada en su propia iniciativa, sin jamás chocar, sin jamás humillarse, para ser más fuertes en la mañana, cuando debamos correr todos hacia la gran batalla de la Revolución! Pero son todos sueños.” Severino Di Giovanni, 15/V/1930


¿Quiénes son los desaparecidos?

¿Quiénes son los desaparecidos?
Fuente: http://www.30anios.org.ar/frameset.htm

sábado, 19 de julio de 2008

Basta de Hipocresías!!!

Un resumen de una buena nota de Bayer cargada de, podríamos decir, un nudo en la garganta y bronca...

Y no olvidar a un amigo de todos a un año de su desaparición física, el Negro Fontanarrosa, porque en estos días los medios parecen ganar más con los enfrentamientos e indirectas hacia el gobierno y mostrando que sólo existen dos argentinas, la del campo sojero (los buenos?) y la de los montoneros (los malos?), que reivindicar las cosas grandes que tenemos los argentinos; personas grandiosas que no usan caretas, personas que viven humildemente sin millones en sus bancos, y sin soberbia. Y esos medios no tienen la menor intención de generar conciencia para unificarnos como argentinos, como latinos, como humanos.

El embrollo argentino
Osvaldo Bayer
Ver nota completa publicada hoy 19/07/2008 en Página 12

Otra vez el mismo clima. Otra vez parece que marchamos por una calle sin salida.

Redistribuir las ganancias en la ciencia, en la técnica, en la paz social, en la educación, en la salud, en una industria que vaya eliminando las dependencias. Una sociedad con miserias es una sociedad injusta, corrupta, en sí, inmoral. Además se equivoca aquel que siempre quiere tener más, porque ese afán de dominar es el que crea violencia en la sociedad. Porque el que tiene más es casi siempre traicionado por los cuidadores de ese status.

Una sociedad moderna ya no puede vivir sin las regulaciones. Porque, si no, terminaremos en los grandes castillos de la Edad Media donde se refugiaban los autodenominados nobles para "gozar" de su poder: vestidos desopilantes, joyas, coronas, armas, minués, cuarteto de cuerdas en el almuerzo de los señores, caza del jabalí rodeados por una comitiva de uniformados bien remunerados. Mientras, a su paso, los esclavos bajo el látigo o los eternos peones de la tierra, con sus harapos y sus ojos plenos de miedo y de hambre. Ahora las figuras han cambiado, todo es más disimulado. Pero las vallas morales y materiales son las mismas. Los dueños en sus countries de lujo con las mismas defensas –esta vez ya de empresas de vigilancia– y, a las pocas cuadras, las villas miseria con su increíble cuadro de las fantasías morbosas de la brutal realidad.

En la Argentina ha ocurrido otra vez un golpe, como ya alguien lo ha dicho. Y como todos los golpes se originó, por un lado, por la incapacidad de quienes gobiernan de convencer, y por el otro, los de la filosofía "no me toquen el bolsillo".

Los autores del golpe sin armas pero con medios salieron a defender lo "suyo", todos juntos, algunos de bolsillo flaco y los otros, los tradicionales dueños de la tierra, de los medios, de las empresas que compran y venden.

El error de quienes tienen que ser los administradores racionales y justos fue meterlos a todos en la misma bolsa. Los de poca tierra y los eternos señores de la tierra y del cielo. Y todo se convirtió en dos mitades. Y desempató Cobos, un político esencialmente argentino, que cuando le tocó hablar lo hizo a ritmo de tango, y votó con lágrimas en los ojos...

Pasó a ser el héroe de la derecha con voz entrecortada. Primero borocoteó a su partido y puso cara sonriente al peronismo K. Ahora, una vez en el poder, vota emocionado en contra y dice que espera ser aceptado de nuevo por su antiguo partido. En letra argentina eso se llama ser radical...

Pero eso no es el problema fundamental. El patetismo está en las dos Argentinas actuales de las que, desde su nacimiento, nadie fue capaz de hacer una. Fue muy cómico ver al presidente de la Sociedad Rural, el señor Miguens, cantar el Himno Nacional, emocionado, después del voto de Cobos: "ved en trono a la noble igualdad". Cuando lo vi en la pantalla recordé las orgullosas crónicas de los diarios patagónicos La Unión y El Orden, de 1922, describiendo el gran banquete de la Sociedad Rural a los oficiales del 10 de Caballería que acababan de fusilar a centenares de peones patagónicos. Fue para 120 comensales y se cantó también, con emoción, el Himno Nacional. "Ved en trono a la noble igualdad, libertad, libertad, libertad" (esto es necesario remarcarlo siempre). Se descorchó champagne y los estancieros ingleses presentes le cantaron al teniente coronel Varela –el fusilador– el "for he is a jolly good fellow" (sí, "porque eres un buen camarada")....

Cuando Cobos votó por el no, los manifestantes de Palermo todos en coro cantaron el Himno Nacional. (¿No hubo ninguno, que mirando a Cobos, le tararee el "for he is a jolly good fellow? Las crónicas no lo dicen, no seamos mal pensados.) ....

Qué idílico. Tendríamos que estar orgullosos de que haya argentinos tan finos y delicados. Somos una familia.

No tanto. Tenemos un país dividido, como en toda nuestra historia. Federales y unitarios, el progreso de Roca y los indios bárbaros y salvajes, los argentinos de bien y los anarquistas extranjerizantes; los cabecitas negras y los libertadores, los argentinos desaparecedores y los desaparecidos; perucas, paraguas, bolitas y argentinos rubios y de ojos celestes.

Celebro que un grupo grande de intelectuales argentinos haya escrito tres cartas sobre la temática del país y así hayan tomado posición en la discusión. Por fin los intelectuales salen a la palestra. Ojalá que esto prosiga y sean tomados en cuenta cuando opinan. Y sería bueno que los políticos de vez en cuando los convoquen para escuchar su opinión. Porque el principal deber del intelectual es ése: salir a la calle cuando en la sociedad hay injusticias o se reprimen las libertades.

El diario alemán Frankfurter Rundschau informó ayer en su página editorial sobre el conflicto que sacude a nuestras pampas. Y lo titula "El embrollo argentino". ¡Qué delicado y fino el periodista! Hablando en lunfardo, más que un embrollo es un verdadero quilombo. De "el país de las espigas de oro", cantado por Rubén Darío, al país de la soja de oro. Sí, pero con villas miseria y niños desnutridos.

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¿Que pasaría sin fuéramos Libres?

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Como queriendo asomar....

Parque Nacional El Rey, Selva de Yungas, Salta

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© Fotografías: Rosina Soler & Federico González /PROTEGER